La osteomielitis al ser una enfermedad que afecta de forma directa al hueso hay que combatirla de forma agresiva con antibióticos adecuados o incluso si es necesario con cirugías de lavado quirúrgico frecuentes y seguimiento periódico, porque si el foco infeccioso permanece, el riesgo de enfermedad sistémica y sepsis siempre va a estar latente, sobre todo que a nivel de los huesos más grandes del cuerpo como en el caso del fémur a nivel de su interior existe tejido medular que se puede comprometer. La osteomielitis crónica incluso con cirugías de extirpación del hueso dañado y con buen manejo antibiótico realmente baja sus posibilidades de mejoría de forma notable pero se debe evitar a toda costa que el foco infeccioso persista.