Los movimientos anormales de la rodilla pueden generar principalmente lesiones ligamentarias siendo la más común de ellas la ruptura del ligamento cruzado anterior, también pueden generarse lesiones tendinosas, de meniscos, rupturas musculares, avulsiones de inserción de músculos y en casos graves fracturas que comprometen por completo la movilidad de la articulación con posterior degeneración articular. El cuadro más grave que puede generarse es la luxación de rodilla que compromete de manera aguda el paquete vascular popliteo pudiendo dejar sin circulación efectiva el resto de la pierna y que de no resolverse a tiempo puede derivar en amputación, por lo que se considera una estricta emergencia médica traumatológica.