La fiebre es una medición objetiva que debe realizarse con un termómetro y se considera como tal por encima de 38 grados en niños. La amoxicilina no es un medicamento para la fiebre, y su uso indiscriminado representa un riesgo para el menor.
Es recomendable que cuantifique la fiebre y asista a control médico prioritario por consulta externa.
Asista a urgencias si: la fiebre no desciende a pesar del uso correcto de un antipirético como el acetaminofén, convulsiona, fiebre más de 7 días, dificultad respiratoria, no come nada o todo lo vomita.