No se puede mezclar tratamiento antibiótico con consumo de alcohol por los efectos de toxicidad que puede generar en especial con el Trimetropin-Sulfametoxazol ya que contiene una sustancia que aumenta 10 veces la toxicidad en el cuerpo incluso con pequeñas dosis de alcohol puede generar reacciones tales como vómitos, palpitaciones, calor, sudoración excesiva, dificultad para respirar, dolor de cabeza severo y caída en la presión arterial o hasta la muerte. Como recomendación no consumas alcohol durante las 24 horas que preceden el inicio del tratamiento hasta 72 horas después de finalizar el tratamiento antibiótico.