El brillo o luz hace que la pupila tenga que disminuir su calibre para limitar la cantidad de luz que pasa a la retina, ella lo hace a través de la actividad de los músculos de iris, así mismo la actividad de los músculos ciliares son necesarios para la lectura y el enfoque. Toda esta actividad bajo condiciones adversas como entorno oscuro, lectura cercana, brillo excesivo, tiempo empleado, entre otros, puede generar agotamiento motivo por el que aparece el malestar. El chequeo oftalmológico debe realizarse si estas molestias son persistentes ya que podría ser signo de necesidad de uso de lentes.