Los recién nacidos deben ser alimentados cada 2 a 3 horas independientemente de la hora, durante todo el día, ello es con el fin de que la glucosa (el azúcar) de la sangre no se baje, ya que podrían morir.
Cuando el bebé llega al peso de 6 kilogramos, aproximadamente a los 3 meses, ya su cuerpo puede controlar los niveles de azúcar en sangre y el bebé puede pasar más horas sin comer, durmiendo toda la noche.