No hay contraindicación absoluta para que un niño entre en contacto con el agua de una piscina, no obstante se deben medir los distintos riesgos que puede tener principalmente en menores de 6 meses que permanecen acostados, si ingresa agua en los oídos puede facilitar el desarrollo de infecciones. Posterior al uso de una piscina con agua clorada debe realizar una adecuada limpieza de la piel para evitar irritantes y desarrollo de infecciones.