Las intoxicaciones alimentarias son muy comunes y se deben a la presencia de bacterias en los alimentos que ingerimos. Regularmente existen bacterias en ellos, algunas nos pueden enfermar y otras no. También depende de la cantidad de bacterias presentes, ya que nuestros mecanismos de defensa pueden controlarlas hasta cierto punto. En general se deben lavar las manos antes de consumir o preparar los alimentos. También se deben lavar los alimentos con agua limpia antes de consumirlos. Los alimentos para cocinar también se deben lavar y usar agua limpia para su cocción. La conservación de alimentos perecederos es clave: mire bien las fechas de vencimiento en empaques, use la nevera o congelador en alimentos que lo requieran. Si después de comer tiene sobras, procure almacenarlas adecuadamente en recipientes limpios y en la nevera para consumirlos posteriormente lo antes posible. Nunca recaliente los alimentos más de 1 vez, recaliente solo la porción que va a comer. Muy importante al comer fuera de casa, que sea un lugar limpio, con buenas prácticas de aseo, higiene y preparación, preferiblemente conocido o recomendado. Las comidas callejeras por lo general son las más peligrosas, porque nunca tienen agua corriente, están al aire libre y quienes las preparan no tienen precauciones necesarias para evitar contaminaciones. Por último el agua: beba agua y jugos sólo si sabe de dónde provienen y esté segura que no hay duda de su origen y proceso de producción. Todo esto le ayudará a evitar contagios y alteraciones de su salud intestinal.