La necesidad de un transplante de órgano viene dada por la capacidad de los órganos actuales de la persona a responder las demandas o necesidades del cuerpo, así como la presencia de un proceso degenerativo persistente como pueden condicionar algunas enfermedades. Es decir, la persona tiene una enfermedad o condición que no le permite a uno solo de sus órganos pares funcionar correctamente.