Debe recordar que cualquier fármaco representa un riesgo/beneficio para el paciente. Todos los antibióticos pueden producir eventos adversos, algunos incluso de mucha mayor gravedad que el de la artropatía descrita para las fluoroquinolonas (por ejemplo la ototoxicidad y la nefrotoxicidad). Sin embargo, como en todos los casos, la prescripción se justifica siempre y cuando el beneficio supere los riesgos. La evidencia actual permite el uso de las fluoroquinolonas en niños, pero este tipo de medicamento debe ser formulado por un médico y su uso debe tener seguimientos continuos.