La infección por VIH genera una alteración del sistema inmunológico mediante la infección de un subtipo de célula específico invadido por el virus, esta disminución en el número de células de defensa ocurre paulatinamente y puede variar en cada individuo; lo que hace que los síntomas de infección puedan tardar meses a años en manifestarse de forma clara con infecciones a repetición o infecciones inusuales, severas o persistentes.