La radioactividad tiene múltiples aplicaciones en salud, como son el uso para el tratamiento del cáncer por medio de la radioterapia o el yodo radioactivo y la toma de imágenes para confirmar diagnósticos. Pero la exposición de forma repetitiva a la misma, implica riesgo de cáncer también. Éste riesgo ya ha sido evaluado y se minimiza con el uso de elementos de protección y se utilizan niveles de irradiación idealmente bajos, siempre anteponiendo el riesgo frente al beneficio.