Es importante realizar cambios en los hábitos de vida, tener un control del peso estricto, realizar actividad física por lo menos 150 minutos a la semana, asociado a una adecuada alimentación sin exceso de carbohidratos ni grasas.
En ocasiones se requiere el uso de ACOs (anticonceptivos orales) los cuales deben ser recetados inicialmente por su ginecólogo.