La duración de la sangre en un tubo depende del tubo en el cual se conserve y los componentes necesarios para realizar un estudio específico. En un tubo seco sin anticoagulante y sin refrigeración muchos componentes se degradarán reduciendo la confiabilidad de la prueba, además de coagulándose rápidamente.
Con una adecuada conservación las muestras sanguíneas pueden ser mantenidas por varios años.