Cuando una mujer queda en embarazo o el óvulo fecundado llega al endometrio (capa muscular que da hacia la cavidad del útero) en la cavidad uterina donde se va implantar por lo general no hay sangrado, pues este evento no es traumático. Si una mujer en estado de embarazo sangra puede ser porque tuvo un trauma, hay colecciones de sangre o hay desprendimientos de este embrión implantado que genera el sangrado "como una especie de desgarro" y se consideran amenazas de aborto. Por lo general son manchados escasos pero constantes en el tiempo e incluso si se tornan abortos, pueden ser abundantes y con salida de coágulos o fétidos. La menstruación en cambio es un fenómeno cíclico en la mayoría de las mujeres y es muy difícil decirte que tiene unas características especiales pues cada organismo funciona de forma independiente. Hay mujeres que sangran poco y tienen pocos síntomas concomitantes, como hay mujeres que sangran mucho e incluso tienen pérdidas de coágulos y una sintomatología concomitante muy marcada. El éxito para saber a cual de los dos corresponde es que cada mujer tenga pleno conocimiento sobre su cuerpo y las características de su propio sangrado, el momento en el que va a llegar en el mes y las actividad sexual que ha tenido durante el mes. Con esos tres elementos puedes detectar si el sangrado es diferente a lo usual, puedes detectar si es en un momento inesperado y si tienes o no riesgo de estar embarazada.