No se recomienda de rutina hacer dichas vaginales. El uso de duchas vaginales se ha convertido en un ritual frecuente entre la población femenina. Su uso se ha asociado a mayor incidencia de inflamación e infecciones vaginales dado que barre con la flora vaginal normal haciendo que aquellas bacterias y microorganismos propios de la vagina ( y que están allí para defenderte de otras bacterias y hongos) desparezcan, dejándote desprotegida. A esto es lo que uno llama infecciones oportunistas. La inflamación del mismo modo puede darse por cambios en el pH promovidos por las duchas. Si quieres utilizar duchas vaginales se recomienda no hacerlo de forma regular ( todos los días) y limitarlas a 1 a 3 veces por mes.