Cualquier tipo de sustancia derivada del petróleo puede llegar a ser tóxica en los niños. Se debe vigilar si aparecen síntomas como vómito, dolor abdominal, intolerancia a la comida o alteración de conciencia.
Siempre que ocurra este tipo de situación debe ser llevado a la institución de salud más cercana para evaluar el estado de salud del niño.