Incluso en mujeres que siempre han sido regulares con su período menstrual, en algún momento de la vida se pueden presentar este tipo de irregularidades. Lo primero que tendría que descartar es un embarazo en curso, si existen razones de sospecha para el mismo. En otras ocasiones se puede deber al uso de algunos medicamentos (incluyendo anticonceptivos), situaciones de ansiedad, depresión o estrés y la aparición de algunas enfermedades que guarden relación directa o indirecta con los niveles hormonales de estrógenos y progesterona. El plan a seguir sería esperar 7 días a partir del día en que esperaba la menstruación y ver si llega. Si no lo hace y se cree que hay un embarazo, realizar un test de embarazo y si este sale negativo el siguiente paso es evaluar médicamente si existe alguna alteración que necesite tratamiento o seguimiento.