Las dificultades para dormir en un niño pueden asociarse a condiciones que afecten su comodidad o cambios transitorios del patrón de sueño. Si se refiere a que duerme poco tiempo, esto no es indicativo de una enfermedad o condición peligrosa y puede corresponder con algo pasajero.
Si se refiere a que se nota incómodo o inquieto al dormir, es importante revisar el ambiente (procure un espacio cómodo, tranquilo, con luz tenue y fresco). Podría ser algo pasajero, por ejemplo, ante procesos infecciosos virales, estreñimiento o aumento de los gases intestinales.
En principio no aparenta una situación de peligro o problemas para su hijo, puede acudir a control médico por consulta externa si las molestias persisten para descartar situaciones que puedan desencadenar este síntoma.
Recuerde los signos de alarma para acudir a urgencias: el bebé no come o todo lo vomita, se pone azul o morado, lo observa respirar con dificultad, se le hunden las costillas, presenta convulsiones.