Se trata de un procedimiento que se realiza de tamizaje para detectar en forma temprana alteraciones del cuello del útero. Es necesario realizarlo en mujeres mayores de 21 años las primeras 2 veces cada año y -si el resultado es normal- el seguimiento será cada 3 años. Sin embargo, se debe tener en cuenta el contexto de la paciente para ajustar adecuadamente los tiempos de seguimiento.