Existen muchas alteraciones que pueden generar que su sudor huela mal, una de ellas es que usted consuma una dieta rica en proteínas y realice ejercicio: el sudor excretado puede oler a amoniaco.
El sudor también puede tener mal olor si hay enfermedades hepáticas o renales, también por alteraciones en el metabolismo como la trimetilaminuria.
También existen enfermedades que pueden alterar su sentido del olfato y generarle la sensación de que huele mal. Por todo lo anterior, la recomendación es que acuda a consulta médica. Un elemento que puede ayudar a su doctor es que usted lleve un diario de sus comidas y de los momentos en el que el olor empeora para determinar si hay relación.