La diferencia entre las pruebas de tercera y cuarta generación es el tiempo de ventana inmunológica (tiempo requerido para detectar la infección). Las pruebas de cuarta generación pueden detectar el virus hacia los 15 a 17 días de la exposición, mientras que las pruebas de tercera generación lo hacen hacia los 22 días.
Dependiendo de los factores de riesgo, ante una prueba negativa su médico puede considerar repetirla unos meses después.