1) La ruborización puede ser efecto netamente vascular en las mejillas y puede estar influenciada por la temperatura ambiental y el tipo de piel del bebé.
2) Puede ser signo de dermatitis atópica, por ejemplo.
3) Puede ser signo de rosácea, por ejemplo.
En cualquiera de los tres casos, lo mejor es acudir a valoración médica presencial para revisar al bebé adecuadamente.