La prolongación del placer sexual mediante actividades como la masturbación se relaciona con el grado de excitación, la intensidad de la actividad y la experiencia respecto a la misma o capacidad de frenar un estímulo para prolongar el evento.
Es decir, con el tiempo deberá ser capaz de reconocer en qué momento detenerse para disminuir la estimulación y facilitar una mayor duración.