La masturbación no es perjudicial per se, pero sí puede llegar a convertirse en un comportamiento obsesivo compulsivo que le puede llevar a prácticas traumáticas que
podrían generarle problemas como el uso de objetos inadecuados para obtener el orgasmo, por ejemplo. La práctica agresiva o fuerte de la masturbación puede generar inclusive heridas en los genitales en la mucosa del glande o el prepucio en los hombres y en las mucosas vaginal y los labios mayores y menores en las mujeres, incluso en el clítoris.