Muchos atletas y deportistas de alto rendimiento tienden a tener frecuencias cardíacas bajas (bradicardia), esto debido a que su cuerpo está acostumbrado a funcionar con niveles bajos de oxígeno y energía por lo que el corazón no requiere enviar tanta sangre.
Así mismo, los corazones de los deportistas sufren una hipertrofia ventricular excéntrica, de forma que con cada latido envían mayores cantidades de sangre.