Las abrasiones superficiales no requieren mayores intervenciones, su manejo de realiza con cuidados básicos que incluyen limpieza diaria con agua y jabón y -en algunos casos- curaciones con productos antisépticos como el yodo, peróxido de hidrógeno, clorhexidina, entre otros.
En caso de presentar hinchazón marcada, enrojecimiento, limitación de la movilidad debe asistir a urgencias.