La nariz presenta una amplia irrigación y los vasos sanguíneos son superficiales y susceptibles de sangrado en presencia de procesos inflamatorios como una gripa y traumatismos repetidos como la fuerza realizada para limpiar la nariz y hurgarla con los dedos.
Es poco probable que los síntomas que indica se relacionen con el antecedente del trauma con el balón durante su infancia. En caso de presentar un sangrado abundante que no se detiene, pérdida de la conciencia, dificultad para respirar... asista por urgencias.