Un médico internista trata las patologías crónicas de los órganos: por ejemplo trata la hipertensión, diabetes, problemas de riñón o tiroides y tiene muchas subespecialidades (cardiología, nefrología, endocrinología, infectología, neumología).
Un ortopedista trata las patologías especialmente de las extremidades (brazos y piernas) y también algunos problemas de columna.