El sangrado de implantación es una hemorragia que se puede presentar en los casos de embarazo, pero no tiene unas características claras y definidas como para poder diferenciarlo de forma definitiva de una menstruación u otro tipo de hemorragia uterina anormal. Por lo tanto no se debe considerar como un signo de sospecha de embarazo.
No es algo común y la duración no se tiene clara, siendo en la mayoría de los casos un sangrado único.