Puede tratarse de una artritis séptica, infección que afecta la articulación (en este caso la cadera). Si persiste con la dificultad para caminar, presenta fiebre o vómito o está muy irritable, asista nuevamente a una valoración médica para realizar exámenes. Los cuadros clínicos en niños pueden cambiar rápidamente, por lo que es importante volver a valorarlo.