El dolor secundario al herpes del trigémino suele ser neuropático, osea secundario al daño del nervio sin que exista una alteración en el área donde se percibe este dolor. Por lo anterior el tratamiento no se hace con analgésicos sino con neuromoduladores que permitan disminuir el dolor. Una de las opciones terapéuticas es la Carbamazepina, dentro de sus efectos adversos más frecuentes se encuentran el vértigo, somnolencia, inestabilidad, náusea y vómito... los cuales se minimizan si se empieza el tratamiento a bajas dosis.