El hábito de sacar los gases tiene el objetivo de ayudar a que el bebé expulse el exceso de aire contenido, ya sea por medio de eructos o flatulencias. Esto disminuye el reflujo y los cólicos. Normalmente se consigue poniendo al bebé en posición vertical en los brazos de la madre, dando pequeñas palmadas en la espalda.
No necesariamente va a expulsar siempre y no debe ser una razón de estrés si esto no sucede. Recuerde que la lactancia materna es exclusiva durante los primeros 6 meses de edad.