A veces pueden aparecer sin una razón aparente, en otras ocasiones se pueden suceder de forma secundaria en el sitio donde se produce la picadura de algún insecto o artrópodo, en otras ocasiones aparecen en lugares donde se han producido heridas en la piel que se contaminan con bacterias. El tratamiento más efectivo, y sobretodo si son de gran tamaño, es drenarlos, ya que al contener secreción de pus y enquistarse o encapsularse, los tratamientos con antibióticos son poco efectivos.