Después de realizar un procedimiento como la Pomeroy, en la cual se seccionan las tubas uterinas o trompas de Falopio para impedir que los óvulos y espermatozoides se puedan encontrar y llevar a cabo una fecundación, las probabilidades que se vuelva a recanalizar este conducto después de la cirugía son muy bajas (si se realizó una técnica correcta). Sin embargo existen riesgos. Por lo anterior, si presenta más de 2 semanas de retraso sería conveniente realizar una prueba de embarazo. En caso de resultar negativa, probablemente su retraso se daba a un desorden hormonal transitorio.