Si el ortopedista le mencionó que presentó una complicación de la cirugía en la que hubo una lesión de tipo de nervio periférico y además el dolor es tipo corrientazo o como un quemonazo y es intenso, entonces debe acudir a valoración por el especialista -idealmente el que lo operó- para manejar el dolor y descubrir la causa del mismo.
Si es posible acudir a terapia física, hágalo. Le ayudará a manejar estos dolores.