Es posible que al mover sus brazos estos impacten suavemente contra su cabeza o que él intente mantenerse despierto o que presente molestias en algún nivel del cráneo. Sin embargo, si lo que evidencia son conductas de autoagresión o golpes claros es recomendable que asista a valoración por pediatría para descartar lesiones -por ejemplo a nivel de oído- y en caso de detectar anomalías en la conducta se recomendaría valoración por psiquiatría infantil.
Asista a controles de crecimiento y desarrollo y a las vacunaciones de acuerdo al esquema.