La celiaquía o enfermedad celiaca es una condición crónica autoimmune (es decir las células de las defensas atacan el propio cuerpo) que se desencadena por la ingestión de gluten, un compuesto presente en el trigo, avena, cebada y centeno. Se caracteriza por inflamación del intestino y el compromiso de muchos otros órganos del cuerpo. Para el diagnóstico de enfermedad celiaca se requiere que además de presentar los síntomas característicos, sean positivas las pruebas genéticas de anticuerpos y una biopsia de intestino que confirme el proceso inflamatorio.
Más recientemente se ha expandido un concepto conocido como sensibilidad al gluten no celiaca, en la que se presentan síntomas gastrointestinales similares a la enfermedad celiaca (diarrea, dolor y distensión abdominal asociados a la ingesta de alimentos que contienen gluten y que mejoran al eliminar el gluten de la dieta) pero los exámenes genéticos, de anticuerpos y la biopsia son negativos para enfermedad celiaca. Es decir: ambas enfermedades comparten los síntomas, mejoran al eliminar el gluten de la dieta, pero en el segundo caso no es posible comprobar que se esté produciendo un proceso inflamatorio secundario a la ingesta de gluten.
Si presenta síntomas compatibles con alguna de estas 2 enfermedades, es recomendable que solicite una valoración presencial con el médico general en la próximas semanas o días.