El placer tiene una fisiología compleja, ya que intervienen múltiples sistemas (entre ellos el más importante es el neuro-endocrino). Gracias a la estimulación se produce un aumento de varios neurotransmisores cerebrales, en especial la dopamina, y por eso se genera la sensación de bienestar y de placer.
La erección es un proceso al igual complejo, cuyo protagonista es el sistema neurovegetativo. Es decir por la estimulación táctil los nervios empiezan a enviar señales eléctricas al sistema nervioso autónomo, lo que genera que el flujo en las arterias cavernosas se incremente hasta 20 - 50 veces lo normal. La vasodilatación de los cuerpos cavernosos y de los esponjosos, más el flujo aumentado, genera aumento de diámetro y longitud del pene. Con el paso del tiempo y del estímulo finalmente se logra la eyaculación, proceso que se realiza al relajarse el esfínter externo de la vejiga, lo que permite el paso del semen a la uretra peneana y posteriormente la salida hacia el medio externo.