El diagnóstico de las entidades mencionadas se realiza fundamentalmente con el análisis de factores de riesgo y estudios imagenológicos. El diagnóstico de artritis puede complementarse con marcadores de autoinmunidad, como el factor reumatoideo. La artrosis se diagnostica por hallazgos clínicos y evidencia de degeneración articular en imágenes diagnósticas.
La osteoporosis requiere una estimación de la densidad del hueso, puede cursar con alteraciones de laboratorio como disminución de calcio, vitamina D, disminución del fósforo, aumento de la fosfatasa alcalina, alteraciones del perfil tiroideo... sin ser ninguna de estas diagnósticas ni específicas.