La cicatrización de una herida depende de muchos factores, entre ellos la edad y enfermedades previamente existentes como la diabetes (por ejemplo). En caso de presentar otras enfermedades, será importante que estén controladas. Para favorecer la cicatrización se debe mantener la herida aseada (agua y jabón), sin taparla con parches de ningún tipo (siempre y cuando esté en casa, libre de polvo y otras sustancias que podrían infectarla).
En caso de tener que cubrirla, se recomienda usar una gasa la cual se fijará con cinta micro-poro a piel que no esté lastimada. Como remedio la miel de abeja favorece la cicatrización y evita infecciones, pero deberá de ser totalmente natural y sin azúcares añadidos.
Es fundamental que no desprenda la costra una vez que se ha formado, sino que deje que se caiga sola. Si la zona lastimada se pone roja, duele al tocarla o sale un líquido amarillo espeso (pus) deberá acudir al médico. Existen medicamentos que pueden acelerar la cicatrización, pero deben de ser indicados por un médico.