El lavado o aclaramiento de la sonda depende de la capacidad gástrica del paciente. En pediatría, se recomienda utilizar 5 ml para los pacientes más pequeños e incrementar hasta 30 ml de agua tibia (previo aseo de manos). Dada la importancia de que no se obstruya y de evitar infecciones, le recomiendo acudir con su médico o personal de enfermería para tratar cualquier duda relacionada con el uso y cuidado de la sonda.