Generalmente el organismo metaboliza la mayor parte del alcohol que se consumió en unas horas, si se produce un embarazo el embrión solo tendrá contacto con la sangre de la madre unos días después (cuando ocurre la implantación), momento en el que se supone que no debería haber niveles de alcohol tóxicos en la sangre. Por lo tanto no causaría algún efecto dañino sobre el feto, contrario a lo que ocurre si se consume alcohol sabiendo que se está embarazada, situación en la que el feto se puede ver perjudicado.