Los tiempos de coagulación se pueden alterar por medicamentos como los anticoagulantes, por enfermedad que afecte directamente la coagulación -por ejemplo deficiencia de algún específico de la coagulación- o enfermedades hepáticas agudas o crónicas. La hepatitis viral primero se sugiere con clínica: ictericia, dolor en el hígado y fiebre, además de los laboratorios para medir hepatitis A o B que son las más frecuentes.