La infección por este virus es asintomática -en su gran mayoría- o se puede presentar como mononucleosis infecciosa con faringitis, fiebre y linfadenopatía. Sin embargo en pacientes inmunocomprometidos puede ocasionar anomalías en la visión, dificultades para comer o diarrea por afectar el tracto gastrointestinal con esofagitis y colitis. Esto ocurre luego de 3 a 12 semanas de la infección.