La glucosa (azúcar en la sangre) no es procesada por el cuerpo y se queda en la sangre, esta se comienza a depositar en los pequeños vasos sanguíneos y nervios, los vasos más pequeños son los que comprometen la retina y los nervios a nivel periférico (pies). Por eso las personas poco a poco se van quedando ciegas, pierden la sensibilidad en sus pies, se causan heridas las cuales no sienten, poco a poco estas se van haciendo más grandes y se infectan. Los diabéticos tienen una cicatrización tan lenta que algunos no se curan y las heridas pueden extenderse por todo el cuerpo, por lo que se decide amputar el miembro.