Cuando hay estrés se liberan las catecolaminas que hacen parte del sistema nervioso autónomo, estas sustancias hacen que haya aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la presión arterial, temblor, agitación y otros síntomas de estímulos de ese sistema... por lo que cuando usted presente un episodio de rabia, lo más importante que debe hacer es controlarse para que no se desaten los síntomas. Si cree que es muy difícil de lograr, la recomendación es acudir a psicología.