Existen una gran cantidad de enfermedades o alteraciones que pueden producir mareo: desde una infección en el oído, alteraciones en la presión arterial, elevaciones o disminuciones de azúcar en la sangre (glucemia), deficiencias alimentarias, incluso el propio dolor de cabeza, el estrés y hasta ponerse de pie rápidamente.
No se recomienda la automedicación para disminuir los mareos, ya que son simplemente un aviso de nuestro cuerpo que nos está indicando que hay alguna alteración. Debido a que el mareo es constante y diario, es importante acudir al médico para que le haga una valoración completa y pueda detectar la causa.
También hay que evitar conducir vehículos de motor, manejar maquinaria pesada y ponerse en situaciones riesgosas en las que un mareo pudiera desencadenar un accidente.