La sal común o sal de mesa es un compuesto químico llamado cloruro de sodio que se utiliza muy frecuentemente por su efecto potenciado de sabor y porque ayuda a conserva los alimentos. Sin embargo, uno de sus más importantes efectos negativos es que retiene líquidos, lo que obliga a que el corazón trabaje en exceso, eleva la presión sanguínea y a la larga afecta al riñón que es el "filtro" del cuerpo.
El consumo excesivo de sal en una sola ocasión hará que tenga mucha sed, pero si continúa estará dañando progresivamente su cuerpo y favoreciendo que a la larga le aparezcan enfermedades como la hipertensión arterial. Es importante que sepa que cuando la gente deja de usar sal, al principio los alimentos les "saben" muy poco, pero a la larga su gusto se acostumbra y deja de necesitarla en tanta cantidad. No consumir sal en exceso ahora es igual a prevenir enfermedades a largo plazo.