La presencia de ese tipo de dolores y más cuando se relacionan con movimientos, en ocasiones se deben a desgarros musculares o tendinosos de las diferentes estructuras que se insertan en la pelvis, secundarios a un movimiento brusco que genera trauma. Por lo general tienden a desaparecer espontáneamente, con manejo local y con medios físicos y analgésicos o anti-inflamatorios. Sin embargo si el síntoma persiste y se asocia a presencia de otros como fiebre, malestar general, debería asistir al médico parea que se realice un examen físico completo y poder determinar con mayor certeza de qué se trata.